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Me pierdo. Un mes, dos meses, quizá tres...el reloj se hace impuntual y llega tarde a dar las horas. Tardas. Espero. Imagino que tú también esperas pero en otra dimensión. ¿Dónde fue que nos cruzamos? El tanto colapsa, y el que-decir y el que-hacer quedan huérfanos, al cuidado de la niña sin cabeza. El hábito hace al monje, como el insomnio al vampiro. La oscuridad no juzga intentos pero en silencio las cosas hablan más alto: las estrellas se esconden y una melodía apoética sólo acierta a preguntarse cuánto hay de cierto en un espacio transitorio.. Año de echar de menos, de desencontrarte y de encontrarme, atrás queda..